sábado, 24 de enero de 2009

A DONDE VA EL POLO

Para el próximo mes de Febrero, tendrá lugar en la ciudad de Bogotá el Segundo congreso Nacional del PDA, evento de suma trascendencia por que en el, además de elegir la Junta Directiva Nacional, se definirán los rumbos y el que hacer del PDA como partido político de oposición al gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez y lógicamente, del régimen que el encarna.

El partido dentro de sus principios consagra el respeto, la tolerancia y la inclusión de todos los sectores que busquen un desarrollo social armónico y autónomo frente a los centros de poder. Para lograr esto se busca la transformación de las estructuras políticas, económicas y sociales que a lo largo de nuestra historia han construido quienes lo detentan, sumiendo al país y la gran mayoría de ciudadanos y ciudadanas en los nefastos efectos de la crísis que el actual régimen ha propiciado.

Al interior del partido, unidad y pluralidad se funden como elemento esencial y orientador para la consecución del poder que propicie la realización del estado social de derecho, la reivindicación de los derechos de las personas menos favorecidas, la generación de riqueza con inclusión social y se defiendan los bienes de la nación y el interés público.

Sin ahondar en más detalles, podríamos decir que la consecución de los derechos arriba referidos, están en franca oposición con las directrices, políticas e intereses que el actual régimen propone y peor aún que durante el gobierno del Doctor ALVARO URIBE VELEZ, estos derechos se han restringido de muy notoria manera.
Sin caer en veleidades, me atrevo a afirmar que en Colombia el único partido político de oposición, es el que preside el Doctor CARLOS GAVIRIA DIAZ, pues entiendo que El PDA advierte que existe una marcada incongruencia entre las políticas e intereses que defiende el régimen actual, frente a las expectativas, ilusiones y necesidades de la gran mayoría de colombianos. Ese estado de incongruencia y desarmonía entre las políticas sociales actuales y las necesidades vitales de las grandes mayorías exigen que los partidos políticos de oposición (En Colombia únicamente el PDA) se caractericen y proyecten como una alternativa real de poder y por lo tanto de solución a la inequidad y exclusión social.

Los actuales escuderos del statu quo tratando de desintegrar y descalificar la unidad y coherencia que ha presentado el partido de oposición en cabeza del Dr. CARLOS GAVIRIA DIAZ, afirman despectivamente que el PDA tiene un ala radical y otra moderada, mostrando a la primera como una corriente sectaria e intransigente que no comulga ni permiten la diversidad, que no escucha alternativas y propuestas diferentes, en ultimas nos indilgan una actitud unanimista y excluyente, alinderándonos de manera sutil e irresponsable con movimientos armados, catalogados como “terroristas”, actitud y condición que efectivamente no tenemos.
Ante este panorama se debe entender que la unidad, pluralidad e inclusión que se propone el partido como principio, tiene un justo limite que debe ser inconfundible e irrenunciable en las aspiraciones y visión del estado colombiano, es decir el Polo Democrático Alternativo, como opción de poder y de gobierno debe mantener una coherencia inquebrantable que nos permita mostrarnos como alternativa capaz de transformar el caótico e inequitativo orden actual. La estrategia para llegar al gobierno en las próximas elecciones, no son las alianzas indiscriminadas y las concesiones a cualquier precio. No es pareciéndonos más a lo que nos oponemos, como podremos representar una verdadera opción de poder. No podemos puerilmente aceptar que sectores o movimientos que tienen su génesis en los intereses de la más despiadada oligarquía, de un día para otro sean conversos, predicadores y representantes de los intereses populares. La historia Colombiana, ha dado varios ejemplos de cómo las elites reaccionarias, acuden a todo tipo de argucias, para socavar, debilitar y rendir a los movimientos que luchan por las más justas reivindicaciones sociales. Desde la Revolución de los Comuneros, pasando por la de los artesanos de 1850, los movimientos de 1900 y 1950, quienes detentan el poder acuden a los más sutiles métodos para frustrar las iniciativas populares de justicia y equidad. Estos métodos pasan por la violencia inusitada e indiscriminada que contempla la eliminación física, hasta la captación y seducción de los más caros representantes de las iniciativas populares.

Característica esencial de nuestro sistema y en especial de los últimos gobiernos es el de acudir a la corrupción como elemento que les nutre de energía y dinamismo para mantenerse en el poder.
Contando con ejemplos tan resientes (Proceso 8000, Parapolítica, Yidispolítica,…etc….etc…) no seria extraño, que las elites acudan a su más eficiente mecanismo para lograr la seducción de algunos ilustres representantes de nuestro partido, relegando la oposición a un papel segundario y frustrando la esperanza de algún día satisfacer las más sentidas necesidades de la gran mayoría de colombianos, como son la democracia, justicia social y la soberanía. Que no sea la mal llamada ala moderada del Polo Democrático Alternativo la que materialice, el interés mezquino y puñetero de las huestes neoliberales que de manera patética representa el Uríbismo y algunos escurridizos liberales.

Para regresarnos un poco en la historia, quiero recordar a muy distinguidos patriotas que inicialmente fueron acérrimos defensores de validas reclamaciones y luchas populares, que personificaron la esperanza de redención y respeto por la democracia, quienes finalmente terminaron renegando de sus orígenes y se convirtieron en verdugos y azote del pueblo que defendían y representaban (NARIÑO, SAMPER, CAMACHO ROLDAN, CUERVO, NUÑEZ, LOPEZ, LLERAS). Más recientemente, aunque menos conocidos e importantes políticamente hay casos de quienes después de trasegar por el camino de la lucha armada (que válidamente y oportunamente abandonaron), terminaron convertidos en asesores o funcionarios de regímenes y organizaciones más funestas que aquellas de los que inicialmente disentían.
El PDA, hasta hoy ha tenido un rumbo claro (no obstante si se me permite con algunos matices), que se mantendrá y fortalecerá a partir del Segundo Congreso Nacional. Hecho que permitirá afirmar en un futuro muy próximo que más que gobierno tenemos poder, pues aprendimos “a no arar el mar porque conocíamos nuestra historia”.

La anterior, para continuar reclamando de la dirección del Polo una actitud, que dinamice el ideario de unidad y los principios, que son la estructura y guía del partido, para que en las próximas elecciones a la presidencia, nos hallemos en congruencia con las reformas que caminan por América Latina y que tocaron inclusive a los Norteamericanos, quienes se encaminan por un gobierno más tolerante con las opciones democráticas, separándose así no sea de manera radical de las actitudes totalitarias, guerreristas y excluyentes


JOSE EDRIGELIO GUERRERO
Comité de Base PDA. Universidad Autónoma.